Para poder vencer la resistencia del muelle real a ser armado, es necesario que, además de la masa oscilante  A con su rotor dentado B, el mecanismo disponga de un tren de ruedas C, D, E y F que nos ayude a ganar potencia, para girar el árbol de cubo que se encuentra dentro del barrilete G.

  • A.- Masa oscilante.
  • B.- Rotor dentado central.
  • C.- Ruedas inversoras o de trinquete.
  • D.- Móvil de reducción.
  • E.- Móvil de arrastre.
  • F.- Rochete.
  • G- Barrilete.

 

Observación: El dibujo que usamos como ejemplo es de un calibre antiguo de Eta SA.

Dibujos y dos disposiciones diferentes del mecanismo automático de dar cuerda

Funcionamiento

Cuando se coloca el reloj automático en la muñeca del usuario, la masa oscilante A, por efecto de la gravedad y mediante su masa (peso) nos proporciona energía en forma de un movimiento giratorio a través de su ubicación en la parte posterior del mecanismo del reloj y cerca de la tapa de la caja. Este movimiento que genera energía, debe poder trasladarse mediante el rodaje adicional hasta la rueda “rochette” F.

A la rueda “rochete” mediante un tornillo se le ajusta el árbol de barrilete, donde se engancha el muelle o cuerda.

La secuencia completa del movimiento hasta llegar a la rueda “rochete” sería: de la masa oscilante A y de su rotor B, pasaría por las inversoras o de trinquete C, seguiría por la de reducción D, la de arrastre E y, finalmente, de ésta a la “rochete” F.

Es de suma importancia que, a medida que la energía vaya pasando por las sucesivas ruedas, vaya ganando en potencia, aunque se pierda velocidad de rotación. Normalmente la proporción es de seis vueltas de la masa oscilante, para hacer avanzar dos dientes de la rueda “rochete”.

Para armar totalmente un muelle real, es necesario desplazar de forma enérgica y durante tiempo el mecanismo del reloj que hemos descrito anteriormente. En caso contrario, no almacenaremos suficiente energía para los dos días en que debería seguir funcionando en caso de dejarlo sin movimiento.

¿Por qué no se rompe la cuerda (la brida del muelle real) del automático si la tensamos hasta el final?

Los muelles reales de los automáticos tienen una brida que no se fija a ningún saliente del tambor del barrilete, igual que ocurre en los relojes de cuerda manual.

Cuando la brida del automático se tensa hasta el final, se desliza por las paredes del tambor del barrilete para evitar la sobretensión y la rotura.

Observación: Dentro de las paredes del tambor del barrilete por donde se desliza la brida de la cuerda o muelle real, hay unas muescas que ayudan a controlar la sobretensión y regulan el esfuerzo.

En resumen: Podemos decir que el sistema tiene unos cuantos puntos delicados que hay que saber tratar. Tanto es así que, al principio de su comercialización, algunos relojeros no supieron adaptarse y no querían reparar este tipo de relojes.

La masa oscilante y su rotor central

La masa oscilante es un elemento móvil que se monta en el centro del mecanismo del reloj de forma que, con el movimiento del usuario, se puede desplazar por efecto de la fuerza de la gravedad y, mediante un dentado en su centro, puede trasmitir esta energía al resto de los engranajes del rodaje.

Dibujo de una masa oscilante central para reloj de pulsera

La mayor carga (masa, peso) se encuentra situada en la parte exterior, para aprovechar mejor la inercia del desplazamiento de ésta y conseguir trasmitir, de forma regular y fiable, el movimiento hasta su destino final: el muelle real.

Para su correcto funcionamiento, la masa oscilante necesita, en muchos casos, un cojinete de bolas de tamaño ínfimo, de manera que entre las bolitas y sus carriles exista una separación de micras (milésimas de milímetro). Se estima que este juego debería ser de un máximo de 6 micras.

Dibujo en perfil de un rotar a bolas, de la masa oscilante

  • R.- Tapa de la caja.
  • G.- Tornillo de sujeción de la masa oscilante sobre el rotor central.
  • K.- Rotor central.
  • A.- Masa oscilante exterior.
  • B.-Carril exterior del cojinete.
  • I- Carril interior del cojinete.
  • L.- Anclaje de la Masa Oscilante.
  • M.- Rubí del puente de rodaje.
  • N.- Rueda posiblemente de segundos del reloj.

Puntos delicados del rotor central:

  1. El juego de las bolitas por desgaste.
  2. La lubricación inadecuada, por la densidad del aceite.
  3. La suciedad que resta pulido a las bolitas.
  4. Demasiada presión del mecanismo sobre el rubí de la rueda.
  5. Los golpes exteriores al ser llevado.
  6. Otros

La falta de libertad de la masa oscilante sobre su carril y su balanceo exagerado en el exterior, son dos típicos defectos que se producen por el desgaste de uso y los golpes.

Ejercicio de control

Podemos controlar y verificar si funciona de forma correcta la masa oscilante, colocando una referencia en la “rochete”. A continuación, hacemos girar el reloj sin forzar la masa oscilante unas seis vueltas en dos sentidos, es decir, tres y tres si carga a derecha e izquierda, o seis en un mismo sentido si carga en una sola dirección. El resultado debería ser que la “rochete” ha avanzado, de media, unos dos dientes.

Observación: Muchos automáticos no tuvieron éxito entre los usuarios sedentarios, por no disponer del sistema de carga eficiente y rápida que fuera capaz de tensar el muelle real lo suficiente para funcionar bien unos dos días.

Sin el movimiento del brazo es imposible que el sistema funcione correctamente.

En resumen, desde el siglo XVIII hasta ahora, la mejora en la fabricación de los mecanismos es evidente, pero muchos de los diseños actuales se basan en los de estos antepasados.