Cómo desarrollar la resiliencia

La resiliencia es la habilidad colectiva y articulada que permite estar preparado para aprovechar conflictos, debilidades y amenazas como fuente de oportunidad.

Resiliencia

La resiliencia es una capacidad que no depende únicamente del carácter y de las experiencias pasadas, sino que puede ser desarrollada y entrenada. Se trata de una habilidad fundamental a la hora de llevar a cabo nuestro trabajo de la manera más productiva posible, más si cabe en épocas de incertidumbre como la actual, donde salir fortalecido de los momentos más complicados dependerá, en gran medida, de cómo los gestionemos emocionalmente.

En neurociencia, la resiliencia tiene que ver con la capacidad para afrontar una situación adversa, superarla y salir fortalecido. Llevándola al terreno laboral, hace referencia a la habilidad colectiva y articulada que permite estar preparado para aprovechar conflictos, debilidades y amenazas como fuente de oportunidad y desarrollo, aprendiendo del proceso de cambio.

Motivación y compromiso, una vez más

El experto en liderazgo y desarrollo de negocios Keith McFarland recoge en su libro “Bounce” cuáles son, bajo su punto de vista, los principios de la resiliencia para directivos.

La primera es afrontar la realidad, mirándola de frente y tomándose el tiempo necesario para identificar en ella posibles oportunidades de crecimiento, así como nuestras fortalezas y debilidades a la hora de encararlas.

En palabras de McFarland, “es necesario cambiar el miedo que paraliza por el miedo a la parálisis y, en ese camino, el directivo debe comunicarse de manera continua con sus colaboradores, porque cuanto más sepan más comprenderán, y cuanto más comprendan más se esmerarán”.

El publicista Stanley Bendelac también abordó el tema de la resiliencia en su libro “No es cómo te caes, sino cómo te levantas”.

En él, y haciendo un claro paralelismo con el mundo publicitario, Bendelac recomienda “trabajar en la imagen de uno mismo, ya que la reputación de una persona es como la de una marca, que se construye a través de la coherencia y la autenticidad, algo que repercute, a su vez, en la estima y el respeto que sienten los demás por nosotros y, en consecuencia, en nuestra propia autoestima”.

En cuanto a cuáles son las actitudes que promueven la resiliencia entre los directivos y sus equipos, el publicista destaca “la generosidad, la humildad, la creatividad, la empatía y el sentido del humor”.

No temer al cambio

La psiquiatra Rafaela Santos, presidenta del Instituto Español de Resiliencia y autora de “Levantarse y luchar”, insta a aquellos que quieran entrenar su capacidad de resiliencia a reflexionar y reordenar sus prioridades vitales, desconectar del trabajo al llegar a casa para conectar con la familia y amigos y aprender a manejar la comunicación asertiva y no violenta ante los conflictos.

La Doctora Santos recomienda, asimismo, “desterrar de la vida de uno la queja -en tanto que es improductiva y causa estragos en nuestra personalidad- y no dejarse invadir por aquellos imputs que hagan que nuestra vida personal o profesional puedan tambalearse”.

Cuestión de actitud

Peter Economy, autor de “Managing for Dummies”, “The Management Bible” y otros 75 títulos, ofrecía recientemente en el portal Inc. algunos consejos para desarrollar la resiliencia.

  1. Rodéate de personas que te hagan de soporte en situaciones límite que te hagan más capaz de sobrellevarlas.
  2. Es importante no ver cada obstáculo como una tragedia: cuando se minimizan resulta más fácil vencerlos.
  3. Para poder responder con toda tu energía a cada reto, es importante cuidarse. Duerme lo necesario, haz ejercicio diario y mantén una dieta equilibrada.
  4. Pese a la complicación del momento, encuentra un rato para el buen humor.
  5. Sé amable y, una vez superada la situación, muestra gratitud, así se logra establecer una buena relación de ayuda mutua.
  6. Piensa estratégicamente, trazar el plan a seguir es fundamental para tener éxito.
  7. Encuentra el lado bueno de las cosas. Hay que ver cada error como una oportunidad de aprendizaje y de mejora.
  8. No tropieces dos veces con la misma piedra. Hay que aprender de los errores, ver qué salió mal y establecer las bases para que no se repita.

Fuente del artículo

Randstad