En nuestra formación relojera, hay un concepto que prevalece a la hora de programar nuestros cursos dedicados al mantenimiento y reparación de relojes. Ese concepto, que es imprescindible para poder ejercer con confianza y rendimiento la profesión, es “El Método”.
Sin un método eficaz de trabajo, las operaciones de mantenimiento o de reparación de los relojes con problemas de funcionamiento, se hacen más arduas, complicadas y, a la larga, conducen a tener que hacer más correcciones de las deseadas.
El método consiste, en esencia, en organizar de forma coherente los procedimientos: de entrada, registro y presupuesto de mantenimiento o de reparación, que se valorará en función de la dificultad, el coste y la inversión de tiempo que será necesaria en cada caso. Y, a continuación, se prepara la metodología de trabajo propiamente dicha en el taller.
En definitiva, la decisión final sobre si merece la pena reparar un reloj la tiene su propietario, después de que el relojero haya efectuado una estimación del coste de las operaciones a realizar.
En todo caso, es importante calcular bien el presupuesto para que las dos partes puedan mostrar su conformidad en la transacción comercial.
Cursillista aplicando un método de trabajo para un reloj de cuarzo de tipo básico
Cuando ambas partes aceptan las condiciones para el mantenimiento y la reparación del reloj, deberemos seguir aplicando la otra parte de este método, que se refiere a poner en práctica aquellos procedimientos aprendidos a lo largo de cada curso.
Con la información del fabricante y con la que el alumno pueda recabar por iniciativa propia, preparará el procedimiento adecuado para abordar las tareas de mantenimiento o de reparación. En caso de duda, siempre es mejor atenerse a las especificaciones del fabricante y, en especial, en lo que se refiere al lubricado de las partes del mecanismo que lo necesiten.
Las guías técnicas tradicionales (en papel impreso) como la que aparece en la foto, siempre han sido muy útiles a la hora de consultar.
En resumen, la aplicación de un método de trabajo bien aprendido, unido a la seguridad que proporciona muchos años de experiencia, hacen que los trabajos en relojería tengan el éxito deseado.