Actualmente podemos asegurar que en el sector relojero se pueden encontrar talleres que se dedican al mantenimiento y a la reparación de relojes de pulsera pero, en cambio, hay muy pocos que se dediquen a la restauración.
Para poder dedicarse a la restauración, son necesarios unos conocimientos de micromecánica (torno y fresa) que permitan en un momento dado, construir o fabricar los elementos y piezas que no encontraremos en el mercado global, ya sea por su escasez o por su dificultad de fabricación.
Por el contrario, en el mantenimiento y reparación de relojes de pulsera de todo tipo sí que podemos encontrar espacio para iniciar nuestra andadura profesional. En este ámbito, Industrial Martí de Relojería SL siempre ha dado soluciones al sector relojero con sus cursos desde 1979.
Cursillista reparando un reloj de tipo “vintage”.
En los inicios, se dio la necesidad de sustituir los componentes electrónicos que componen el módulo de forma individual, pues no era posible, tanto por coste como por tecnología, aplicar el cambio del módulo.
Observación: Si recordamos los primeros CASIOTRON, tenían un precio muy elevado.
Después hubo una fase de mejora de la electrónica aplicada y los relojes aguantaban mejor los golpes y la electricidad estática.
Finalmente, se produjo una evolución hacia mitad de los años 80 del siglo pasado, con la llegada de la inhibición.
La introducción de la inhibición liberó al relojero de la necesidad del ajuste de frecuencia y, con ello, se produjo un abaratamiento de los costes de fabricación. En consecuencia, el mantenimiento y la reparación se trasformaron, de manera que hoy día se ha impuesto la sustitución en todos los servicios técnicos.
Para el proceso de aprendizaje en la restauración de relojes de pulsera y otros, siempre hemos recomendado a los interesados la matriculación en la escuela de relojería del Instituto Mare de Déu de la Mercè, de Barcelona.
Un buen restaurador de relojes también debe ser un buen mecánico de precisión y un conocedor del origen y fabricación de la pieza que pretende restaurar.
En cualquiera de los dos casos, además de los conocimientos teóricos, es importante atesorar una formación técnica de calidad.